DIA DOMINGO
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DIA DOMINGO
Domingo
Leer con oración:
Ro 8:11; 1 Co 6:17; 12:3; 2 Co 3:6; Ef 5:1-2, 8-14, 22, 28; Flm 11
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”(Ef 5:18)
Andar En Amor, En La Luz Y En El Espíritu
Si deseamos ejecutar el plan de Dios para traer Su reino a la tierra, además de andar en la gracia y en la verdad, necesitamos andar en amor. Andar en amor significa tener una vida de sacrificio en favor de los demás (Ef 5:1-2). Cristo nos amó, por eso Se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios como olor fragrante. Sólo con ese amor somos capaces de dejar la tranquilidad del hogar y salir a predicar el evangelio y servir al Señor, siempre en favor de los demás.
En el vivir de la iglesia, debemos practicar el amor fraternal y no sólo brindárselo a aquellos que consideramos amables a nuestros ojos, sino a todos los miembros del cuerpo de Cristo. Esta semana citamos el ejemplo registrado en el libro de Filemón, en el cual es presentado un bello testimonio de la práctica del amor de Dios en la experiencia de Pablo. Por medio de su cuidado amoroso, el joven Onésimo fue restaurado y pudo ser usado por el Señor, pasó de ser un siervo inútil a útil en Su obra (v. 11). Necesitamos destacar el amor paciente de Pablo para con Onésimo hasta cuando se convirtió en un colaborador, un cooperador en la obra de Dios. Sigamos el ejemplo de Pablo, que amó a una persona llena de problemas como lo era Onésimo.
Dios desea un servicio sólido y transparente delante de Él. Por eso también tenemos que andar en la luz, pues la luz reprueba las tinieblas. Cuando andamos en la luz, sentimos aversión a las obras de las tinieblas (Ef 5:8-13). ¡Debemos levantarnos! Que nuestro vivir cumpla el propósito de Dios: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo” (v. 14).
Finalmente, tenemos el andar en el espíritu, donde habita el Espíritu de Dios. Este tipo de andar es la consumación de los cuatro anteriores: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Ef 5:18). Necesitamos aprender a andar en el espíritu, pues somos ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu (2 Co 3:6).
El sencillo hecho de conocer estos tipos de andar no nos capacita a vivir como es digno de nuestro llamamiento. Por ejemplo: los maridos saben que deben amar a las esposas y ellas saben que deben someterse a sus maridos (Ef 5:22, 28), pero no por eso logran practicarlo. El simple conocimiento de la Palabra no necesariamente nos hace practicarla, experimentarla. Por eso Dios nos dio el Espíritu de realidad. Así que, andar en la gracia, en la verdad, en amor y en la luz no son un conjunto de reglas de buena conducta, pero Dios es sabio, por eso puso en nosotros el Espíritu. Andar en el Espíritu hoy es muy fácil, porque Él está en nuestro espíritu (Ro 8:11; 1 Co 6:17).
Cuando ejercitamos nuestro espíritu, el Espíritu de realidad en nosotros nos conduce a toda realidad. Una manera sencilla y eficaz de volvernos al espíritu es invocar el nombre del Señor. Cuando lo invocamos, tenemos contacto con el Espíritu de realidad, que nos lleva a toda la realidad de Dios (1 Co 12:3). ¡Eso nos hace saltar de alegría! ¡Dios nos está capacitando con Su Espíritu!
Punto Clave:
Andar en amor, en la luz y en el espíritu
Pregunta:
¿Cómo podemos practicar los cinco tipos de andar citados en Efesios?
La Iglesia en Armenia
¡Jesus es el Señor!
Leer con oración:
Ro 8:11; 1 Co 6:17; 12:3; 2 Co 3:6; Ef 5:1-2, 8-14, 22, 28; Flm 11
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”(Ef 5:18)
Andar En Amor, En La Luz Y En El Espíritu
Si deseamos ejecutar el plan de Dios para traer Su reino a la tierra, además de andar en la gracia y en la verdad, necesitamos andar en amor. Andar en amor significa tener una vida de sacrificio en favor de los demás (Ef 5:1-2). Cristo nos amó, por eso Se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio a Dios como olor fragrante. Sólo con ese amor somos capaces de dejar la tranquilidad del hogar y salir a predicar el evangelio y servir al Señor, siempre en favor de los demás.
En el vivir de la iglesia, debemos practicar el amor fraternal y no sólo brindárselo a aquellos que consideramos amables a nuestros ojos, sino a todos los miembros del cuerpo de Cristo. Esta semana citamos el ejemplo registrado en el libro de Filemón, en el cual es presentado un bello testimonio de la práctica del amor de Dios en la experiencia de Pablo. Por medio de su cuidado amoroso, el joven Onésimo fue restaurado y pudo ser usado por el Señor, pasó de ser un siervo inútil a útil en Su obra (v. 11). Necesitamos destacar el amor paciente de Pablo para con Onésimo hasta cuando se convirtió en un colaborador, un cooperador en la obra de Dios. Sigamos el ejemplo de Pablo, que amó a una persona llena de problemas como lo era Onésimo.
Dios desea un servicio sólido y transparente delante de Él. Por eso también tenemos que andar en la luz, pues la luz reprueba las tinieblas. Cuando andamos en la luz, sentimos aversión a las obras de las tinieblas (Ef 5:8-13). ¡Debemos levantarnos! Que nuestro vivir cumpla el propósito de Dios: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo” (v. 14).
Finalmente, tenemos el andar en el espíritu, donde habita el Espíritu de Dios. Este tipo de andar es la consumación de los cuatro anteriores: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Ef 5:18). Necesitamos aprender a andar en el espíritu, pues somos ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu (2 Co 3:6).
El sencillo hecho de conocer estos tipos de andar no nos capacita a vivir como es digno de nuestro llamamiento. Por ejemplo: los maridos saben que deben amar a las esposas y ellas saben que deben someterse a sus maridos (Ef 5:22, 28), pero no por eso logran practicarlo. El simple conocimiento de la Palabra no necesariamente nos hace practicarla, experimentarla. Por eso Dios nos dio el Espíritu de realidad. Así que, andar en la gracia, en la verdad, en amor y en la luz no son un conjunto de reglas de buena conducta, pero Dios es sabio, por eso puso en nosotros el Espíritu. Andar en el Espíritu hoy es muy fácil, porque Él está en nuestro espíritu (Ro 8:11; 1 Co 6:17).
Cuando ejercitamos nuestro espíritu, el Espíritu de realidad en nosotros nos conduce a toda realidad. Una manera sencilla y eficaz de volvernos al espíritu es invocar el nombre del Señor. Cuando lo invocamos, tenemos contacto con el Espíritu de realidad, que nos lleva a toda la realidad de Dios (1 Co 12:3). ¡Eso nos hace saltar de alegría! ¡Dios nos está capacitando con Su Espíritu!
Punto Clave:
Andar en amor, en la luz y en el espíritu
Pregunta:
¿Cómo podemos practicar los cinco tipos de andar citados en Efesios?
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¡Jesus es el Señor!
hgo1939- Mensajes : 42
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