DIA DOMINGO

Domingo
Leer con oración:
Ef 1:8-14; Col 2:13-14

“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén”(Ro 16:25-27)
El Misterio De La Voluntad De Dios
Luego de concedernos la salvación, Dios desvendó el misterio de Su voluntad, que es reunir en Cristo todas las cosas: “Hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Ef 1:8-10). Así, la voluntad de Dios será cumplida cabalmente.
En el cumplimiento de los tiempos, todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra, serán reunidas en Cristo, encabezadas por Él. Hoy, en nuestro vivir, todas las cosas deben reunirse, ser encaminadas a Cristo: “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo” (Ef 1:11-12). Nosotros éramos pecadores, pero ahora, en el espíritu, estamos ligados a la gloria de Dios.
Al tener contacto con la palabra de Dios, y ejercitamos la fe en nuestro vivir diario, somos sellados por el Espíritu Santo y nos convertimos en propiedad de Dios: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Ef 1:13-14).
Tenemos el sello del Espíritu, por eso podemos ser santos y sin mancha. Recibimos al Señor en nuestras vidas, y por ello nuestros pecados fueron perdonados mediante la obra redentora de Cristo en la cruz: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz” (Col 2:13-14).
Él nos dio vida; ¡hay una vida santa en nuestro interior! Por la sangre derramada por el Señor, todos sus pecados fueron perdonados. Usted creyó, por tanto todos los pecados que cometió fueron borrados, la deuda fue clavada en la cruz. El problema de los pecados ya está solucionado. Esto es para alabanza de Su gloria. ¡Aleluya!
Punto Clave:
El misterio de la voluntad de Dios fue revelado.
Pregunta:
Frente a la revelación de la voluntad de Dios, ¿cuál será su actitud a partir de ahora?
La iglesia en Armenia
¡JESUS ES EL SEÑOR!