¿POR QUIEN VINO JESUS?

EL BAUTISMO DEL CRISTIANO
Juan el Bautista predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados (Marcos 1:4). Luego las personas que confesaban sus pecados procedían a participar del bautismo en agua (Mateo 3:11), descendiendo en las aguas del Jordán (Mateo 3:11).
Jesús mismo pasó por el proceso del bautismo. Él que no había cometido pecado alguno, realizó esto como ejemplo de señal visible ante el mundo de un "nuevo nacimiento" (Mateo 3:15). En su caso, significó el inicio de su ministerio; en nuestro caso, es el inicio de un nuevo nacimiento, es pasar de muerte a vida; es recibir la bendición que nos fuera prometida: «..recibiréis el don del Espíritu Santo..» (Hechos 2:38).
El bautismo es una de las dos ordenanzas que dejó Jesucristo a su iglesia. Es un acto de obediencia donde nos identificamos con la muerte de Cristo y su resurrección, representando éste el símbolo visible de que fuimos sepultados con Él en su muerte con el lavamiento de nuestros delitos y pecados en Su sangre; y que hemos sido resucitados por Dios para llevar una nueva vida juntamente con Cristo.
Todas aquellas personas que han reconocido a Jesucristo como Su salvador personal deben ser bautizados; pues la Palabra dice “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. (Marcos 16:16).
La palabra bautismo viene del vocablo griego “Baptizo” que significa sumergir, zambullir, hundir, teñir completamente. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios; por lo tanto el bautismo del creyente se realiza:
1) Mediante la inmersión o sumergimiento en el agua, tal como lo hizo Jesús (Mateo 3:16). El momento de la inmersión representa un acto de humillación ante Dios, donde el discípulo le entrega su vida pasada de oscuridad y son sepultados sus pecados (Romano 6:4). Se es bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19), significando esto que la persona pasa a pertenecer a la Trinidad.
2) Al salir de las aguas representa la resurrección a una nueva vida conjuntamente con Cristo (Romano 6:5).
«Porque somos sepultados juntamente con El para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva» (Romanos 6:4).
La Palabra de Dios exhorta a cumplir con la ordenanza del bautismo a toda persona inmediatamente creyere de todo corazón que Jesús es el Hijo de Dios (Hechos 2:41-42; 8:37). Varios relatos bíblicos evidencian el cumplimiento de ese precepto, entre ellos:
a. El etíope a quien Felipe le predicó el evangelio de Jesús, creyó y manifestó su deseo de ser bautizado (Hechos 8:37)
b. El día de pentecostés donde casi 3,000 recibieron la Palabra de Dios y luego fueron bautizados (Hechos 2:41)
c. Cornelio, sus parientes y amigos íntimos fueron bautizados inmediatamente creyeron en el evangelio de Jesús y recibieron el Espíritu Santo (Hechos 10)
La figura del Bautismo también es representada en el Antiguo Testamento, eso lo podemos notar en algunos de los siguientes prototipos:
a) El Diluvio: Simboliza el bautismo que ahora nos salva. El agua representó el juicio de Dios, pues hubo muerte y condenación; sin embargo también representó una nueva manera de vivir, la salvación. Noé y su familia fueron salvos. (1 Pedro 3:20-21)
b) El paso del pueblo de Israel a través del Mar Rojo: Esto representa el bautismo en agua, (Éxodo 14:22; 1 Corintios 10:1-2). Veamos:
- Hubo una separación entre Egipto y el mundo
- Se destruyeron ataduras de la esclavitud
- Se destruyó el poder de Satanás sobre la vida de los creyentes
- Los enemigos que querían hacerles volver fueron destruidos
- Fe, se levantó esperanza en sus corazones hacia Dios y en sus lideres
c) La circuncisión: La señal de los hijos de Abraham era la circuncisión física, la cual consistía en cortar el prepucio del varón. Hoy día tenemos la ordenanza, señal visible y espiritual, el bautismo, con el cual se corta la naturaleza carnal y pecaminosa con la cual nacemos y pasamos a ser hijos de Dios. Ese es el pacto de Dios con su iglesia. Es Dios circuncidando nuestros corazones. (Génesis 17:10; Colosenses 2:11-13; Filipenses 3:3)
d) Sanación del leproso Naamán: La figura de Naamán zambulléndose en las aguas del Jordán para ser sanado de su lepra, es similar a la de los creyentes al ser bautizados para el lavamientos de sus pecados ( 2 Reyes 5:1-15).
Quiero finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que con este estudio que realizo no pretendo dar una certificada y legítima interpretación de la Biblia, sino más bien expresar desde “mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por el estudio personal de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Espero que estos estudios les sirvan a ustedes para iniciar sus lecturas propias, las cuales sean transformadas en “escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia”, de manera que también puedan identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a sus vidas y así ser saciados del manjar que el Señor nos brinda en su santa y bendita Palabra.
DIOS LOS BENDIGA

AMÉN